Selaya Casa El Macho 47 – 45 EM Piélagos
Primera División Alevín Femenina, Jornada 12
Si tuviéramos que darle un enfoque literario a esta crónica, podríamos titularla «Lección de realidad en Selaya» .
Una semana de entrenamientos poco intensos nos llevó a un partido en el que la falta de concentración y esfuerzo nos pasó factura. La actitud durante la semana fue empeorando día a día, y el resultado fue un duro golpe de realidad que nos dio Selaya el sábado. Parecía que en diciembre habíamos cambiado el chip, pero desde la vuelta de Navidad hemos retomado malos hábitos: falta de atención, poca intensidad salvo cuando hay una llamada de atención, y demasiadas distracciones dentro y fuera de la pista.
Comenzamos el partido con un quinteto formado tiradoras, buscando un inicio con fluidez ofensiva. Sin embargo, solo un triple de Laura en el último segundo nos permitió ponernos por delante. A partir de ahí, la historia de cada semana: relajación, el rival toma ventaja, tiempo muerto para frenar la caída, bronca, reacción y remontada. Pero después de remontar, volvemos a cometer errores defensivos, concediendo rebotes fáciles, sin ayudas en defensa y sin seguir las indicaciones para frenar los bloqueos rivales.
Llegamos al último minuto con solo dos puntos de desventaja y con una estrategia clara para los últimos 30 segundos. ¿El resultado? Lo que se ve en los entrenamientos: falta de disciplina táctica, recepción y dos tiros mal seleccionados que nos alejaron de la victoria.
Lo que menos preocupa es el resultado. Lo realmente importante es la actitud. No necesitamos ser un grupo de individualidades, sino un equipo con mayúsculas, donde todos rememos en la misma dirección. Queda mucha temporada por delante, pero, a día de hoy, aún estamos lejos de ser el equipo que podemos y queremos ser.