Emotivo homenaje a dos leyendas del baloncesto del Pas Piélagos
Ayer por la tarde, el pabellón Fernando Expósito fue testigo de un encuentro de baloncesto que no solo se trató de puntos en la cancha, sino de emociones y gratitud hacia dos jugadores que han dejado una huella imborrable en la historia del club. El enfrentamiento entre el equipo local, Construcciones Gonzalo Crespo Pas Piélagos, y el Grupo Inmapa Filipenses en la jornada 25 de la liga EBA del grupo A-A, terminó con un marcador final de 82-66 a favor de los de nuestros.
Sin embargo, lo que realmente marcó la noche fue el emotivo acto de reconocimiento a dos jugadores emblemáticos que han defendido los colores del Pas Piélagos con pasión y dedicación a lo largo de sus carreras.
El primero en ser reconocido fue Jaime García Solana, el capitán del equipo en su despedida ante su afición. Jaime ha sido una parte fundamental del Pas Piélagos durante 10 temporadas, siendo un pilar tanto dentro como fuera de la cancha. Su debut con el equipo se remonta al 12 de octubre de 2005, y desde entonces ha disputado un total de 219 partidos, acumulando más de 4000 minutos de juego con la camiseta del club. Su entrega y liderazgo lo convierten en un referente indiscutible para las generaciones futuras de jugadores.
El segundo homenajeado fue David García Peña, una leyenda que ya ha colgado sus zapatillas en las ligas nacionales pero cuya contribución al Pas Piélagos sigue resonando. David debutó el 19 de septiembre de 2004 y durante nueve temporadas dejó su huella en el Pas Piélagos la liga EBA. Con un impresionante debut en el que anotó 30 puntos, David demostró desde el principio su talento y determinación en la cancha. A lo largo de su carrera, disputó 210 partidos con nuestra camiseta y acumuló más de 6100 minutos de juego, dejando un legado que perdurará en la memoria de los aficionados del Pas Piélagos.
El acto de reconocimiento incluyó la entrega de placas conmemorativas a ambos jugadores, como muestra de agradecimiento por su dedicación y compromiso con el club a lo largo de los años. La emoción se palpaba en el ambiente mientras la afición se unía para rendir homenaje a dos auténticas leyendas del baloncesto local.
En resumen, más allá del resultado en la cancha, la verdadera victoria de la tarde fue el tributo merecido a dos jugadores excepcionales que han dejado una marca imborrable en la historia del Pas Piélagos. Su legado perdurará en el corazón de todos los que han tenido el privilegio de compartir la cancha con ellos y de presenciar su talento sobre el parqué.