El pasado sábado no fue un día cualquiera para la FAMILIA PAS, el pasado 15 de octubre del 2016 debutó en liga EBA, Marcos León Solórzano, santo y seña de la Escuela Municipal de Piélagos. Con 19 años cumple el sueño de estrenarse en competición nacional con los colores que ha vestido desde su más tierna infancia. Orgullo de pertenencia con letras mayúsculas.
La cantera pasista tiene un segundo referente, tras la irrupción meteórica del GoldenBoy Álvaro Palazuelos, para situar el objetivo final de cada canterano en la primera plantilla. Marcos es un ejemplo imborrable de constancia, compromiso y sacrifico que se ha ganado con el sudor de su frente cada éxito en su dilatada carrera deportiva.
Clásico de las selecciones inferiores cántabras hasta edad infantil, ha competido en la élite regional ante los mejores jugadores de su generación. Con una gran lectura de juego, su abnegación ante el fracaso y vocación de jugador de equipo le erigieron como pieza vital para cualquier entrenador.
Los 6 minutos y 17 segundos del pasado sábado representan todo el esfuerzo invertido en cada entrenamiento, las tardes de frío y lluvia, los desplazamientos desde Zurita… significa que se puede llegar a liga EBA, sin vacilar, sin dudar, sin desfallecer… Es un premio nimio para todos los sacrificios familiares, un solo de guitarra acústico del hermano menor y una ovación atronadora de cualquiera que haya compartido vestuario con él.
Sin duda, el debut de Marcos León en liga EBA es una oda a la generación pasista del 97 que ha dominado la última década en el baloncesto base autonómico. Nombres que continúan ligados a esta entidad como Juan Antonio Avellano Jr, Alejandro González Nava, Samuel Benito, Jaime Carceller o Adrián Solórzano junto a otros como Nichita Gherganov o Álvaro Gómez que encuentran en Marcos un nexo de unión inquebrantable.
Ahora retomará su trabajo diario con el conjunto filial de Primera División, esperando otra oportunidad para continuar escribiendo su historia. Humilde, afable, divertido y sincero, nunca un jugador representó mejor los valores de una institución. ¡Actúa en vez de suplicar. Sacrifícate sin esperanza de gloria ni recompensa! Si quieres conocer los milagros, hazlos tú antes. Sólo así podrá cumplirse tu peculiar destino.