Dentro de la comunión entre el primer equipo y la cantera, nace el proyecto “Baby” Robertson donde el jugador EBA asume la dirección de un grupo de niños afincados en Liencres. Arturo quiere devolver lo que hicieron por él y que los más jóvenes de la Escuela Municipal de Piélagos se lleven algo nuevo, un granito de arena para el día de mañana el que quiera ser un deportista de alto rendimiento conozca desde los albores de su formación los valores intrínsecos de este deporte. Lo primero que se aprende es lo último que se olvida.
Arturo Robertson es sin duda la gran revelación EBA del inicio de temporada. Protagonista indiscutible en la Copa Cantabria, la conjunción de madurez y descaro le han convertido de manera inmediata en un nuevo referente para la grada pasista. Su implicación y compromiso con la cantera es un reflejo de su potencial en la pista. Dando un paso más en su crecimiento asume la dirección del equipo baby de Liencres.
Arturo les traslada su experiencia como deportista de elite regional y su vocación por la enseñanza. No es fácil llegar a la liga EBA, se requiere de mucho esfuerzo, mucha disciplina y mucho respeto, que hay que tener hacia los compañeros, rivales y entrenador.
Para edades tan tempranas lo importante es que los niños practiquen actividades que les predisponen luego al deporte: juegos que impliquen correr, dar volteretas, lanzar objetos (pelotas) y cogerlos al vuelo. Pas Piélagos también desde el punto de vista fisioterapéutico recomienda el baloncesto porque favorece el desarrollo motor normal del niño.