Cuarto triunfo en la igualadísima Segunda División Júnior Masculino. Ante un rival directo, Baloncesto Santoña y un inicio irregular, los pupilos de Pedro Poo y Félix Serna daban una nueva alegría a la parroquia pasista afianzándose en el liderato de la tabla clasificatoria. Enhorabuena y fuerza en la recta final de la primera vuelta.
El pasado sábado volvíamos al pabellón El Moli de Parbayón para, haciendo uso de nuestra fortaleza en casa, volver a la senda de la victoria. Enfrente, uno de los equipos más correosos de la liga, no exento de talento sobre todo en su juego interior: Baloncesto Santoña.
Durante el primer cuarto, nuestro rival hacía gala de su condición de equipo del este de la región, no permitiéndonos hacer nuestro juego y dejándonos en solo 3 puntos en los primeros 7 minutos. Sin hacer concesiones, Baloncesto Santoña se mostraba como un equipo duro que no hace regalos, pero tras un tiempo muerto, pudimos sofocar el mal primer periodo para terminarlo con un parcial de 7-2 a nuestro favor.
El segundo cuarto seguía la misma tónica, costándonos anotar con fluidez a pesar de conseguir buenas posiciones de tiro. Mientras, su pívot, Carlos Cagigal, nos hacía un daño tremendo a ambos lados de la cancha. A pesar de todo y gracias a un triple a 4 segundos del descanso de José Manuel Ortega, visitábamos el vestuario con el marcador 21-27 en nuestra contra.
Tras volver a la cancha, conseguíamos volver por nuestros fueros: velocidad en ataque y defensa férrea, que unida a un control total del rebote defensivo por nuestra parte, no concedía segundas oportunidades. Nuestro contraataque era un vendaval incontenible que dejaba el partido en una posición muy favorable gracias a un parcial de 26-8, aunque no visto para sentencia. Durante el descanso, conseguimos comprender que si seguíamos su juego y su ritmo, la victoria sería suya, y que debemos ser nosotros quienes mandemos en nuestra casa.
El último cuarto transcurrió con relativa tranquilidad, ya que Baloncesto Santoña apretó en defensa, pero seguían atascados delante, con lo que el marcador sufrió pocas variaciones. Éramos incapaces de despegarnos definitivamente, pero nuestro rival no se acercaba lo suficiente, a pesar de una merecida falta técnica a Esteban Reinares que les otorgó una oportunidad a falta de 3 minutos.
En resumen, un partido duro, como era previsible, en el que a falta de fluidez anotadora tuvimos que tirar de oficio, asegurando el rebote en defensa y perdiendo tan solo 13 balones durante los 40 minutos. Sin embargo, debemos prepararnos para la visita a este equipo en la segunda vuelta, que seguro será un encuentro aún más duro si cabe.