Nuestro conjunto júnior masculino dirigido por Pedro Poo y Felix Serna conserva el liderato a pesar de la derrota ante el CBT Torrelavega (59-53). Cuatro escuadras con idéntico balance (3-1) más los equipos de Baloncesto Solares, CD La Paz y AD Cantbasket aspiran a una clasificación para la Final Four que se presume apasionante. Nuestra confianza es firme y la apuesta por este sólido bloque nos puede acercar al entorchado liguero con el ansiado ascenso como postre.
La Habana Vieja era el escenario de uno de los partidos más difíciles que nos vamos a encontrar en esta fase de liga de 2ª división júnior, frente al segundo equipo de CBT. Nos presentábamos sin bajas ante uno de los rivales más complicados de la competición, como deja evidente el resultado.
La igualdad fue la tónica del primer cuarto, en el que el equipo local se valía de su poderoso rebote ofensivo para tener varias oportunidades de tiro en una misma posesión, aspecto que no pudimos controlar durante los 40 minutos del partido. Una buena aportación ofensiva de Jesús Molino en este primer periodo, con 9 puntos, nos mantenía cerca en el marcador.
Lamentablemente, no era nuestro día, y eso quedó patente en un pobre segundo cuarto en el que solo pudimos anotar 9 puntos. CBT se quedaba también en 12, pero las sensaciones no eran buenas, ya que el juego colectivo del que habíamos hecho gala durante los tres partidos anteriores brillaba por su ausencia.
Esas carencias se agravaron durante toda la segunda mitad, en la que dependimos en exceso de las acciones individuales de Esteban Reinares y Pablo Erquicia. El primero estuvo acertado pero excesivamente acaparador, mientras que Pablo sufrió una buena defensa y no anotó como de costumbre. Ambos quisieron tirar del carro, pero les hizo pecar de individualistas, lo que definitivamente no benefició en absoluto al juego de conjunto.
En el último cuarto la diferencia llegada hasta los 12 puntos en nuestra contra, que afortunadamente pudimos recortar hasta los 6 finales, escasos sin duda teniendo en cuenta nuestro muy mal partido. Un tropezón asumible que no debe enturbiar el trabajo realizado hasta la fecha y que no nos aleja para nada del objetivo, que no es sino estar lo más arriba posible.