Normalmente los entrenadores pierden más de lo que ganan. La convicción es muy importante para sostenerse en los momentos en que los resultados no son positivos. Pedro Herrero demostró la pasada temporada el liderazgo propicio para alcanzar cotas deportivas superiores. En el presente curso deportivo continúa al frente del segundo combinado júnior masculino y asume más responsabilidades dentro de la entidad.
Pedro cuenta con el respaldo de los pesos pesados del vestuario, además de tener muchas ganas e ilusión por asumir el reto de finiquitar el proyecto de la generación 2000 tras el consumado éxito del primer año júnior. Su apuesta por el baloncesto combinativo, por la presión defensiva con diferentes variantes tácticas y por ser protagonistas casan a la perfección con la filosofía pasista.
Tranquilo, humilde, altruista y valiente, un técnico perfecto para romper con la idiosincrasia de los grandes egos en los banquillos. Además, es metódico, duro e imponente en el cara a cara. Sin lugar a dudas, una combinación ideal para el entrenador de formación.
La rigurosidad de su trabajo es muy importante porque la metodología es la única herramienta que tiene el entrenador para lograr que el sistema de juego que quiere llevar adelante, tanto en ataque como en defensa, pueda tener la mayor eficacia posible dentro de esta realidad.
