Los chicos de Pedro Herrero y Felix Serna batallaron hasta la extenuación en las semifinales ligueras ante CBT Torrelavega. Duelo igualadísimo que se decidía en la última jugada del partido. Desgraciadamente el balón no entraba pero esta derrota por la mínima no puede empalidecer el extraordinario curso deportivo de un combinado que ha realizado la proeza de disputar las dos fases finales de la temporada con un plantel íntegramente compuesto po jugadores de primer año. ¡¡Enhorabuena!!
El pasado sábado disputamos la primera de las semifinales de la Final Four de 2ª Júnior masculina frente al primer clasificado en la liga regular, CBT, un equipo al que conocíamos muy bien al habernos enfrentado ya hasta en cuatro ocasiones anteriormente.
La defensa mixta planteada a su mejor jugador dio unos grandes resultados, ya que gracias al encomiable trabajo de Álex Diego y sus compañeros, siempre dispuestos a echarle una mano, fuimos capaces de dejarlo en solo 5 puntos, anotando 4 de ellos en el primer cuarto. Sin embargo, nuestro rival supo aprovechar algunos espacios creados en la línea exterior, anotando con inusitada facilidad en los primeros minutos, lo que les concedió la primera ventaja considerable: 12-2 en los primeros 5 minutos. Afortunadamente, los primeros ajustes nos permitieron encadenar un buen parcial y terminar ese primer periodo con una desventaja de solo 2 puntos: 17-15.
En el segundo cuarto, una sucesión de fallos fruto de una mala selección haría que llegáramos al descanso 12 puntos por debajo, ya que CBT no desaprovechó nuestro mal momento para anotar con cierta fluidez, llegando a los 18 puntos en este periodo. Durante el descanso, tocaba apelar al trabajo realizado durante todo el año y a no desaprovechar la oportunidad de estar allí, algo que sin duda dio sus frutos.
De hecho, en el tercer cuarto que significó el comienzo de la segunda parte, fuimos capaces de dejar a nuestro rival en solo 3 puntos, algo que por desgracia no pudimos aprovechar al 100% debido a un desacierto en los tiros libres que nos ha lastrado durante toda la temporada: hasta 8 tiros desde la línea de 4’60 fallaríamos en estos diez minutos, resultando totalmente decisivos.
Nuestra presión y control del rebote defensivo seguiría resultando en el último cuarto, con todos nuestros jugadores metidos, motivados, pero probablemente sobreexcitados y nerviosos. Después de remar durante 19 largos minutos, llegaríamos al último solo un punto por debajo, pero desaprovechando todas las ocasiones para igualar el marcador o incluso ponernos por delante.
Ha sido una temporada exigente y desafiante, con un equipo joven y relativamente inexperto en este de partidos, pero que ha creido hasta el final y del que es difícil estar más orgulloso. Cada uno de sus componentes puede tener la conciencia tranquila al haber hecho todo lo necesario para ganar, aunque no siempre es suficiente. La experiencia debe servir para aumentar su deseo no de conseguir victorias venideras, sino de mejorar como jugadores, porque ganar no es sino la consecuencia de ello.
Por último, felicitar a todos los equipos con los que nos hemos enfrentado a lo largo de esta temporada -especialmente a su campeón, Arsan Astillero-, ya que al fin y al cabo, han sido ellos y su nivel quienes han puesto tan alto el listón de la exigencia. Un rival fuerte nos hace también más fuertes a nosotros.